Proyecto expositivo.
Título: Un minuto de silencio.
Galería: Casa Museo Oswaldo Guayasamín.
Inauguración: 8 de febrero del 2011.
Artistas integrantes: Roberto Fabelo, Pedro Pablo Oliva, Flora Fong, Eduardo Roca (Choco), Zaida del Río, Alicia Leal, Juan Moreira, Ileana Mulet, Alexis Leyva (Kcho), Ernesto Rancaño, Cristian González, Eduardo Abela, Agustín Bejarano, Aziyadé Ruíz, Vicente R.Bonachea, Jose Omar Torres, Rubén Rodríguez, Carlos Guzmán, Ángel Ramírez, Alex Castro, Ernesto Garcia Peña, Nelson Domínguez, Estereo Segura, Ever Fonseca, Roberto Diago, Adigio Benítez, José Fúster, Áisar Jalil, Ramón Casas, Roberto Chile, Maykel Herrera.
Fundamentación teórica:
Un minuto de silencio es una expresión de luto y condolencia que induce a la reflexión o meditación, que en el caso de esta muestra artística se convertirá en la esencia de la inspiración de cada uno de los creadores.
Esta actitud está concebida como un gesto de respeto u homenaje a un acontecimiento determinado. Ahora serán los artistas los que, de una manera muy sana, rendirán tributo a lo que cada uno de ellos entienda y reconozca como algo digno de reverenciar, siempre con el alma en la mano.
De este modo, recordamos y hacemos presente aquello que nos lastima y llevamos dentro. Sencillamente se trata de una conmemoración muy personal.
Sabemos que en estos tiempos que corren, sobran las causas para que nuestras conciencias se abrumen, pero para nada hemos querido forzar un tema en específico, solo nos interesa remover sensibilidades, y provocar reflexiones interiores, ese es nuestro diálogo y nos elevaremos con él.
Participación: Obra en blanco y negro, que no exceda los dos metros.
Hemos manejado con mucho cuidado la intención de proponer una exposición prácticamente en blanco y negro. Todos hemos trabajado la clave de los grises para inducir un aporte visual que vaya aparejado al discurso de la muestra: UN MINUTO DE SILENCIO.
Sabemos a cabalidad que nuestro proyecto, está por encima de todo, muy comprometido con las razones que azotan al mundo desde lo más amplio, y lo hacemos desde una óptica positiva.
Nos basamos en un razonamiento constructivo, reflexivo y sugerimos un diálogo que puede ser interior, o no.
Pudiera parecer una exposición luctuosa pero en verdad no es la finalidad de la muestra, es solo el medio para lograr un estremecimiento y un debate que se sumerja en el análisis, recordando que cada artista le hará un homenaje a lo que entienda sagrado.
A través de esta museografía en grises, sacudimos un tanto al espectador y lo hacemos pensar en el compromiso que tenemos artista y público en velar por lo que nos duele y luchar por lo que nos hace grandes.
Maykel Herrera.
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