UN MINUTO Y MÁS
Cada quien tiene sus dolores, sus presagios, ansias, recuerdos, sus todos y sus nadas…. pero un día nos detenemos en medio del camino de la vida a pensar como fuera si, donde estaría si, qué hubiese sido si alguien o algo estuviera presente a nuestro lado aún cuando mediara una insalvable distancia o un tiempo demasiado extenso y profundo. A menudo dedicamos un minuto y más a aquello que nos impulsa a seguir creando y se esconde tras la tela o el papel, los metales, la madera, la piedra, asomando tal vez su rostro difuso o perfiles intensos bordados por una memoria empeñada en mantenernos vivos. Y siempre hay un creador listo para captar en ese minuto lo que se desborda en imaginación y sosegada trascendencia.
Varios de nuestros más notables artistas fueron convocados por Maykel Herrera – a quien se debe este proyecto, cuyo núcleo central daba vueltas en su cabeza tiempo atrás-- para dedicar un espacio mínimo de tiempo a lo que considerasen de suma atención en sus vidas, aún cuando no pudiéramos definir, en lo inmediato como espectadores, de qué o de quienes se trata: obviamente, en ello no radica la ingeniosidad de tal convocatoria sino en el hecho mismo de agrupar voluntades y tendencias significativas del arte cubano contemporáneo para consagrar, como un todo, el reino de la imagen fragmentada.
La visualidad cubana irradia hacia todos lados y sentidos.
No hay un solo centro provocador sino raudales, cada uno de extensa geografía y significado para felicidad de quienes suelen identificarse con la obra de arte como con una canción, un texto literario, un sabor, un determinado lugar del mundo. En espirales sucesivas cada creador formula su propio universo, y este asimila lo que circunda alrededor sin discriminar procedencias cercanas u orígenes milenarios pues el arte escapa de situaciones limítrofes en el tiempo, atenazadas tal vez en circunstancias efímeras. Emociones y sentimientos lo guían como estrellas en lo alto del cielo para anclarse definitivamente en el corazón del hombre que lo necesita como el aire, la luz, los alimentos, junto a ideas y nociones igualmente compartidas.
El desdibujo de los dominios estéticos se percibe hoy con suficiente intensidad en el ámbito nacional y prueba de ello son estas obras respondiendo a una voz, a un llamado inicial que actúa en tanto pretexto, estímulo. El artista cubano existe sumergido en la profundidad de su noche insular pero con ojo atento a la primigenia claridad del día. No duerme. Su permanente vigilia lo trasciende para reafirmarse en la compleja intensidad de una cultura que honra, deifica, critica, elogia, subvierte. Nada más estimulante en medio de tiempos difíciles que corren.
Nelson Herrera Ysla
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